MONEDITAS EN EL BOLSILLO DE LOS POBRES 


No puede entenderse de otra manera la reunión del BID en Montevideo en lo que puede considerarse un desembarco financiero que puede considerarse en términos políticos como la construcción de un verdadero teatro de operaciones político financieras en la región. 

Hace tiempo que la educación pública del país está en franca decadencia y estancada, que en los tiempos actuales significa ni más ni menos que un franco retroceso.
Desde que en nuestro país el sistema financiero internacional ha tenido una creciente injerencia en la vida educativa, este retroceso se ha hecho manifiesto en forma cada vez mayor por más que ello intenta presentarse de otra forma por nuestros gobernantes y las autoridades de la educación pública.
La idea de aliarse con los más fuertes es la que se ha abierto paso entre los dirigentes del Frente Amplio en la lucha política y sindical, tanto en la vida nacional como internacional, y el fracaso que han alcanzado en la educación es algo de lo que más sobresale en la política del actual gobierno.
También es cierto que los gobiernos del FA imbuidos por el “progresismo” sin socialismo, que los ha llevado a aliarse con Bush, y a la corona de Inglaterra, en los momentos claves para el país ya han proclamado varias veces que el FMI no es como era antes, lo expresó el
Dr.Vázquez en el anterior gobierno, y Mujica y Astori han resaltado muchas veces en lo regional e internacional una intensa diplomacia para ubicar al gobierno uruguayo como un servidor fiel de los halcones de las finanzas internacionales.
No puede entenderse de otra manera la reunión del BID en Montevideo en lo que puede considerarse un desembarco financiero que puede considerarse en términos políticos como la construcción de un verdadero teatro de operaciones político financieras en la región.
En la medida que los políticos del gobierno uruguayo al igual que los de la política tradicional, han coincidido con la influencia cada vez mayor de la banca privada internacional en todos los ámbitos de decisión de la política financiera, así como en la condición sine qua non que es la independencia del Banco Central, de los gobiernos nacionales, para que las políticas económicas acordadas no tengan  sobresaltos para el capital, la influencia de los bancos internacionales y su trama ha ido en ascenso en las últimas décadas cobrando una velocidad vertiginosa en los últimos años del gobiernos del FA. Este es el cambio que han alentado con mucha fuerza los últimos gobiernos actuales. Desde el descaro de Batlle, la pasada de Vázquez con Bush, y la luna de miel del BID con los gobernantes de Montevideo en la ciudad vieja, donde hace apenas unos meses festejaron el Bicentenario.
El pueblo como siempre queda afuera de estas historias, rehén y víctima de ellas.
La política de inversión para mantenernos en la pobreza ha engañado a muchos dirigentes carentes de una idea estratégica en el plano económico que se salga de las lógicas de las privatizaciones o sencillamente de la dependencia que engendra el sistema capitalista.
Entonces después que saquean a nuestro país nos evangelizan con los préstamos para las pequeñas empresas, las ONG, o la “bancarización” como les gusta adornar los nuevos conceptos financieros, con las ceibalitas incluidas.
Mientras crece el hambre y la violencia social por sus políticas luego nos mandan algún analgésico para el dolor de cabeza, mucha droga, y cárceles que nada arreglan.
Lo único que ha hecho el BID, el FMI y el Banco mundial es perpetuar su política con la ayuda vergonzosa de los dirigentes políticos de todo el parlamento.

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