GOBIERNO OPTA POR LA ESPECULACIÓN FINANCIERA
Lo que si es evidente que los intentos de construcción de viviendas o del mejoramiento de estas no han resuelto los problemas habitacionales del país, transformándolo ahora también durante los gobiernos del Frente Amplio en un mal crónico, que no tiene antecedentes en la vida del país.
Si por algo se ha caracterizado la política de gobierno en todos estos años, es por la falta de construcción de viviendas para los trabajadores más humildes que han sido notoriamente relegados por el tipo de orientación económica, que no tiene prioridades sociales y mucho menos, salirse de las orientaciones del mercado para resolver una necesidad humana de primer orden como es el techo.
En estos días que han pasado el tema se ha puesto nuevamente sobre la mesa, sobretodo porque en nuestro país que hace tiempo que no se incentiva desde los últimos gobiernos la vivienda social, los alquileres justos, y sobretodo la vivienda digna, que responda a las necesidades básicas de una familia, y no precisamente los grandes propietarios que se orientan en el mercado, hacia las viviendas suntuarias que son las que le otorgan grandes beneficios económicos.
En estos días que han pasado el tema se ha puesto nuevamente sobre la mesa, sobretodo porque en nuestro país que hace tiempo que no se incentiva desde los últimos gobiernos la vivienda social, los alquileres justos, y sobretodo la vivienda digna, que responda a las necesidades básicas de una familia, y no precisamente los grandes propietarios que se orientan en el mercado, hacia las viviendas suntuarias que son las que le otorgan grandes beneficios económicos.
Es evidente que en el tema de la construcción de viviendas para la población y también para todo lo referente a la construcción pública, nuestro país tiene un gran déficit que se expresa en el estado edilicio y también en la distancia existente entre las necesidades sociales y la ausencia de un plan de construcción que contenga una política nacional de vivienda para la población.
Los alquileres en nuestro país no tienen una relación justa con el salario o las jubilaciones, lo que contribuye en forma constante a una gran desigualdad en las oportunidades de la vivienda para la población que depende de sus ingresos para vivir.
No existen viviendas para familias, ni para jóvenes, ni personas mayores.
Todo se ha reducido a créditos o emprendimientos financieros, que poco tienen que ver con emprendimientos que sostengan una demanda que hace mucho tiempo que no satisface el déficit habitacional que tiene nuestro país.
Por ello es que resulta poco serio atacar a la mala gestión de una ONG, cuando los sindicatos oficiales están enancados en la política financiera del gobierno aliadas a las grandes empresas de la construcción que explotan a los trabajadores uruguayos.
Esto es lo que debería defender un trabajador honesto, primero salario digno, y segundo que las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias mejoren, para que mejore la vida del país y en forma paulatina la de toda la población.
Lo que si es evidente que los intentos de construcción de viviendas o del mejoramiento de estas no han resuelto los problemas habitacionales del país, transformándolo ahora también durante los gobiernos del Frente Amplio en un mal crónico, que no tiene antecedentes en la vida del país.
El país no ha podido alzarse con planes sencillos de vivienda, por falta de voluntad política de sus gobernantes, y sobretodo porque se ha postrado ante los bancos, y a los que siguen usufructuando grandes beneficios de la construcción de vivienda suntuaria, a la que por otra parte la población nunca llega.
Los recursos humanos y materiales en nuestro país para la construcción de vivienda hace rato que están, es necesario emplearlos, pero aun los gobiernos no se han decidido a ello, pues están atados por sus compromisos financieros con los bancos, que han hecho de esta un elemento más de especulación financiera.
Esto es lo que hay que cambiar definitivamente.
Los alquileres en nuestro país no tienen una relación justa con el salario o las jubilaciones, lo que contribuye en forma constante a una gran desigualdad en las oportunidades de la vivienda para la población que depende de sus ingresos para vivir.
No existen viviendas para familias, ni para jóvenes, ni personas mayores.
Todo se ha reducido a créditos o emprendimientos financieros, que poco tienen que ver con emprendimientos que sostengan una demanda que hace mucho tiempo que no satisface el déficit habitacional que tiene nuestro país.
Por ello es que resulta poco serio atacar a la mala gestión de una ONG, cuando los sindicatos oficiales están enancados en la política financiera del gobierno aliadas a las grandes empresas de la construcción que explotan a los trabajadores uruguayos.
Esto es lo que debería defender un trabajador honesto, primero salario digno, y segundo que las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias mejoren, para que mejore la vida del país y en forma paulatina la de toda la población.
Lo que si es evidente que los intentos de construcción de viviendas o del mejoramiento de estas no han resuelto los problemas habitacionales del país, transformándolo ahora también durante los gobiernos del Frente Amplio en un mal crónico, que no tiene antecedentes en la vida del país.
El país no ha podido alzarse con planes sencillos de vivienda, por falta de voluntad política de sus gobernantes, y sobretodo porque se ha postrado ante los bancos, y a los que siguen usufructuando grandes beneficios de la construcción de vivienda suntuaria, a la que por otra parte la población nunca llega.
Los recursos humanos y materiales en nuestro país para la construcción de vivienda hace rato que están, es necesario emplearlos, pero aun los gobiernos no se han decidido a ello, pues están atados por sus compromisos financieros con los bancos, que han hecho de esta un elemento más de especulación financiera.
Esto es lo que hay que cambiar definitivamente.
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