PARAGUAY Y LA NARCO POLÍTICA
En los últimos tiempos, el devenir de la región es objeto de disputas y de grandes luchas por frenar el proceso de integración, y de intentos de mantener el orden oligárquico reestablecido en nuestros países.
Recientemente asumió un nuevo gobierno en Paraguay representante de los intereses más rancios de la derecha tradicional de éste país, sometido al más duro aislamiento por las políticas de enclave estratégico de la política del imperialismo.
Hace poco más de un año que un gobierno elegido democráticamente fue derrocado luego del montaje de una provocación ejecutado por las fuerzas de la ultraderecha tradicional, lo que llevó a un nuevo montaje de transición “democrática” con fuerte represión social y política mediante que ha llevado pasaje del tristemente celebre Franco y ahora, ahora a Cartes que ha sido condecorado como nuevo presidente con un saludo que recuerda el viejo saludo nazi.
El escenario ha cambiado pero el hilo conductor de la política imperial y oligárquica, se mantiene. Este golpe de estado “senaturial” ha tenido amplias repercusiones pues desde allí se ha pretendido desestabilizar la política del MERCOSUR y sobretodo el ingreso de la República Bolivariana de Venezuela, al mercado del sur, e introducir una base para la política de libre comercio que se ha ido desarrollando en estos años, por parte de la concepción de Washington que sigue siendo el destino de “patio trasero” para la región de
acuerdo a sus intereses. Se teme el desarrollo económico y social de los pueblos del sur en
forma independiente, por parte de Washington y sus aliados que también propician una integración neoliberal.
Durante largo tiempo se ha producido una estricta connivencia entre el capital internacional, la libre empresa y las grandes riquezas existentes en los recursos de la tierra en manos de una poderosa clase de terratenientes, vinculados al partido de gobierno y a la antigua dictadura de Stroessner.
Lo que sin duda es notorio es que uno de los enclaves de América, que fuera condenado a un genocidio por la guerra de la Triple Alianza, condenó al país al ostracismo, con el mundo y a luchas singulares, que aun no han concluido.
Hoy como no podía ser de otra manera, existen bases militares norteamericanas con un cometido estratégico en el corazón de América del Sur.
También en las últimas décadas el país se ha conocido por un fuerte desarrollo de la lucha de su campesinado por el derecho a la existencia y a poder cultivar sus tierras de las que han sido una y otra vez despojados por el poder dominante de los ejércitos de hacendados
privados. En estos días también el parlamento a pocos días de que el gobierno de Cartes asumió, votó que las fuerzas armadas de ese país serán empleadas en la lucha contra insurgente, incorporando un nuevo elemento en la lucha por el poder en ese país, donde a las fuerzas democráticas les fue arrebatado el gobierno.
Hace pocos días en nuestro país en un amplio despliegue policial y militar fue capturado un gran cargamento de drogas, proveniente de ese país, que entre los pilotos detenidos uno de ellos era pariente directo del actual Presidente de ese país, cosa que ha sido debidamente silenciada en los días siguientes, a éste hecho.
Lo cierto es, que en los últimos tiempos, el devenir de la región es objeto de disputas y de grandes luchas por frenar el proceso de integración, y de intentos de mantener el orden oligárquico reestablecido en nuestros países.
El escenario ha cambiado pero el hilo conductor de la política imperial y oligárquica, se mantiene. Este golpe de estado “senaturial” ha tenido amplias repercusiones pues desde allí se ha pretendido desestabilizar la política del MERCOSUR y sobretodo el ingreso de la República Bolivariana de Venezuela, al mercado del sur, e introducir una base para la política de libre comercio que se ha ido desarrollando en estos años, por parte de la concepción de Washington que sigue siendo el destino de “patio trasero” para la región de
acuerdo a sus intereses. Se teme el desarrollo económico y social de los pueblos del sur en
forma independiente, por parte de Washington y sus aliados que también propician una integración neoliberal.
Durante largo tiempo se ha producido una estricta connivencia entre el capital internacional, la libre empresa y las grandes riquezas existentes en los recursos de la tierra en manos de una poderosa clase de terratenientes, vinculados al partido de gobierno y a la antigua dictadura de Stroessner.
Lo que sin duda es notorio es que uno de los enclaves de América, que fuera condenado a un genocidio por la guerra de la Triple Alianza, condenó al país al ostracismo, con el mundo y a luchas singulares, que aun no han concluido.
Hoy como no podía ser de otra manera, existen bases militares norteamericanas con un cometido estratégico en el corazón de América del Sur.
También en las últimas décadas el país se ha conocido por un fuerte desarrollo de la lucha de su campesinado por el derecho a la existencia y a poder cultivar sus tierras de las que han sido una y otra vez despojados por el poder dominante de los ejércitos de hacendados
privados. En estos días también el parlamento a pocos días de que el gobierno de Cartes asumió, votó que las fuerzas armadas de ese país serán empleadas en la lucha contra insurgente, incorporando un nuevo elemento en la lucha por el poder en ese país, donde a las fuerzas democráticas les fue arrebatado el gobierno.
Hace pocos días en nuestro país en un amplio despliegue policial y militar fue capturado un gran cargamento de drogas, proveniente de ese país, que entre los pilotos detenidos uno de ellos era pariente directo del actual Presidente de ese país, cosa que ha sido debidamente silenciada en los días siguientes, a éste hecho.
Lo cierto es, que en los últimos tiempos, el devenir de la región es objeto de disputas y de grandes luchas por frenar el proceso de integración, y de intentos de mantener el orden oligárquico reestablecido en nuestros países.
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