SUBE TODO, BAJA EL SALARIO
Nunca como hoy se ha visto como las principales direcciones de trabajadores intentan tributar a la política económica de su partido de gobierno, avanzando en una política concertada
Mientras en estos días nuevamente suben los precios del transporte y artículos importantes al consumo como la leche, la central de trabajadores oficial prepara un paro para conocer sus propuestas para los próximos cinco años lo que ha provocado un nuevo revuelo entre los sindicatos oficiales, que han visto que la cercanía de las elecciones ha levantado todo tipo de suspicacias.
Si bien ello no es la primera vez que sucede, la preocupación por los ritmos inflacionarios no parece ser una prioridad en las preocupaciones de los dirigentes sindicales del oficialismo.
A menos de dos meses ya de las elecciones nacionales, se está buscando realizar un sorprendente paro nacional sobre las grandes soluciones a dar para los próximos cinco años, que por otra parte han provocado una importante discusión fuera y dentro de la conducción del movimiento obrero oficial, debido a los nuevos compromisos que implica el apoyar la política de privatizaciones y de predominio del capital financiero en nuestra economía a escaso tiempo de las privatizaciones encaradas por los últimos gobiernos nacionales.
Nunca como hoy se ha visto como las principales direcciones de trabajadores intentan tributar a la política económica de su partido de gobierno, avanzando
en una política concertada, que está recortando sus gastos abruptamente con síntomas recesivos.
Es notorio que en la medida que avanza, el gobierno nacional en su política de entrega de la soberanía, de privatizaciones y libre inversión de capitales, ello exige una constante sustento social por parte de las direcciones oficiales en los sindicatos, y una campaña abierta para el partido de gobierno en la lucha política electoral.
Claro, que para los trabajadores en general, la crisis sobre el salario no se afecta de la misma manera que a las llamadas capas medias que se ven afectadas por los impuestos de la política del FA y del FMI. Es notorio que la nueva “revolución productiva”, impulsada por el gobierno ya es bastante conocida en las últimas décadas en el sur del continente americano y no precisamente por los llamados gobiernos progresistas.
El actual presidente Mujica sigue acumulando reservas, y para ello intentará nuevamente conseguir nuevas inversiones de plantas de celulosa en Finlandia
con el apoyo, de los sindicatos oficiales que proveerán algunos nuevos puestos de trabajo inicialmente y luego sobre zonas francas seguiremos entregando nuestra soberanía y liquidando los ríos y los suelos con el desarrollo de las industrias para el papel, que hoy se han transformado en un factor de desarrollo para el gobierno y el movimiento sindical oficial.
Lo cierto es que la gran “preocupación” del gobierno y el movimiento sindical oficial por el trabajo, no se condice tanto por el mantenimiento del salario en buenos niveles de consumo, que hoy en este nuevo paro planteado para el próximo mes no parece tenerse en cuenta, sino que los motivos es contribuir a no perder peso político entre los trabajadores dándole una mano a la desteñida campaña del partido de gobierno.
Lo que hoy es indiscutible es que la actual política de privatizaciones, ha menguado el salario, y ha promovido grandes ganancias para los nuevos inversores extranjeros para el que se les ha otorgado condiciones para la explotación del trabajo por demás beneficiosas.
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