EL DESARROLLO INDUSTRIAL, ESE GRAN OLVIDADO
En nuestro país en las últimas décadas la pérdida de industrias resultado de las políticas financieras y privatizadoras que nos han sumido en la dependencia, son más que notorias y evidentes

Uno de los objetivos principales de los países capitalistas que hoy mandan en el mundo ha sido impedir por todos los medios que los países de África, Asia y América latina no accedan al desarrollo industrial, educativo y cultural por procedimientos en que tradicionalmente se ha utilizado la fuerza, o la coacción, y los malos gobierno locales para alcanzar estos propósitos.
Los ejemplos históricos sobran en nuestra historia para ratificar esta afirmación, pues no hay más que remitirse a la gesta de Artigas, o lo que unas décadas después fue la guerra contra el Paraguay llamada de la Triple Alianza para destrozar un país que había emprendido su desarrollo independiente y entraba en contradicción contra las potencias coloniales de la época y los gobiernos de Brasil, Flores en nuestro país y Mitre en Argentina.
También en relación al norte de América Estados Unidos se apropió militarmente de la mitad del territorio mexicano, luego de una guerra de expansión de su territorio, y sostenida por la avidez de ganancias de la burguesía norteamericana en ascenso.
En nuestro país en las últimas décadas la pérdida de industrias resultado de las políticas financieras y privatizadoras que nos han sumido en la dependencia, son más que notorias y evidentes, lo que ha llevado también a cambios importantes en la composición social del país y particularmente entre los trabajadores.
En nuestro país la industria frigorífica, las textiles y, en general, la producción de alimentos, ha ido pasando a manos de capitales extranjeros -cuando no ha desaparecido-, orientándose básicamente al mercado externo, en rubros básciso como, por ejemplo, el transporte.
En un pais como el nuestro donde los recursos son limitados desde el punto de vista de la producción, pero muy abundantes en agua, recursos mineros, y posibilidades de alimentos, hace que las contradicciones se tornen aún más notorias.
Para avanzar en una política de privatizaciones y de predominio del capital financiero, en nuestro país hemos relegado los sectores claves de la economía nacional a segundo plano, como es el transporte, la vivienda, o el transporte estatal que ha sido objeto en los últimos años de una gran repartija entre empresas privadas nacionales y extranjeras.
El estado y sus empresas se han convertido en mala palabra por parte de la propaganda privatizadora y neoliberal que junto a los ministerios de economía, propone una mayor «bancarización» de la economía y más deuda.
En estos últimos tiempos la industria ha sido orientada para las nuevas formas de explotación productivas que residen en zonas francas, que no sólo dejan muy poco para el país, y tienen una enorme facilidad financiera para su instalación, pues se les otorgan grandes subvenciones, al tiempo que el país no controla los procesos allí existentes.
Mientras pasa todo ello el transporte privado se ha subvencionado largamente, a todo nivel, mientras uno de los rubros determinantes a los efectos del desarrollo industrial, como es el ferrocarril no solo no ha tenido prioridad, sino tampoco el intento de desarrollo de este bien público, en materia del transporte de pasajeros, y también en lo concerniente a actividades de desarrollo de la producción nacional.
Por ello es que una nueva propuesta de la bancada de la Unidad Popular está en marcha, junto a importanes demandas departamentales.
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