EL DETERIORO DE LA ECONOMÍA AFECTA A LA CLASE TRABAJADORA
El salario de los trabajadores orientales disminuye su poder de compra y los aumentos anunciados son insuficientes. Mujeres y hombres deben trabajar cada vez más para que el salario -ya de por si menguado- les permite cubrir las necesidades básicas.

La suba salarial que recibieron los trabajadores en enero fue absorbida en buena parte por el aumento de los precios del mes (+2,44%, la mayor mensual desde septiembre de 2002), en especial para aquellos sectores que respetaron los lineamientos del gobierno para la negociación colectiva.
Tomando como base las pautas del gobierno para la ronda de negociación colectiva que se inició a mitad de 2015, para los sectores en problemas (con subsidios o riesgo de pérdida de empleos) se recomendó un incremento de 8% con dos ajustes semestrales. Los trabajados incluidos en este tipo de convenios salariales, tuvieron un aumento de 4% en enero y la inflación del primer mes del año les llevó casi dos terceras partes de ese ajuste.
Para los sectores dinámicos (4% o más de crecimiento anual) se fijó una suba del 10% anual, por lo que los asalariados recibieron 5% en enero y el aumento de precios les «comió» casi la mitad de ese ajuste.
En el caso de los sectores medios, el gobierno estableció una suba de 8,5% anual y los convenios firmados dentro de esta dinámica brindaron un aumento de 4,25% al iniciar el 2016. La inflación de enero significó más de la mitad del incremento salarial.
Para los funcionarios estatales, el Poder Ejecutivo decretó en enero un incremento de 9,44% en línea con la inflación acumulada durante 2015. En este caso la suba de precios en el primer mes del año ya absorbió una cuarta parte del aumento anual, informó el economista Antonio Elías, asesor de la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE).
Los trabajadores del Estado tienen un único ajuste anual en enero, con un incremento derivado del centro del rango meta de inflación del Banco Central (5%) y la diferencia con el aumento del IPC durante el año anterior. En el convenio firmado en diciembre último entre el gobierno y COFE se incluyó un aumento extra de 0,4% para los funcionarios de las empresas públicas.
Salario real no baja desde 2003.
En 2015 el poder de compra de los salarios tuvo un incremento de 0,39%, el menor registrado en estos 13 años consecutivos de crecimiento. Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el salario real en el sector privado tuvo una suba de 0,7% mientras que los trabajadores del sector público sufrieron una caída de 0,15% de su poder adquisitivo. El último registro negativo de este indicador data de 2003, cuando cerró el año con un descenso de 3,4%. Luego mantuvo un crecimiento continuo hasta el año pasado e incluso hasta 2014 no hubo ninguna suba por debajo de 3%. En este período de alza del salario real, destaca el dato al cierre de 2009 cuando se incrementó el poder de compra 5,6%.
Los últimos datos estadísticos dados a conocer en esta jornada muestras que la mitad de los bienes y servicios subieron más de 10% en 12 meses. En 7 de los 13 rubros relevados por el INE, la inflación anual llegó a los dos dígitos en enero
La suba de tarifas llevó la inflación un poco más cerca del 10%.
En enero, más de la mitad de los bienes y servicios que integran la canasta de consumo de los uruguayos subieron a tasas de dos dígitos, lo que muestra que el aumento de precios a tasas altas no está concentrado en algunos artículos puntuales, más bien tiende a generalizarse entre los distintos bienes y servicios a los que acceden los hogares.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) releva mes a mes el precio de una canasta compuesta por 374 bienes y servicios en Montevideo y el interior del país. En enero, 51% de esos productos tenían un precio 10% o más alto que en igual mes del año anterior, según los datos procesados por la Unidad de Análisis Económico de El Observador. En diciembre ese ratio era de 47%.
Si se tienen en cuenta los 13 rubros en los cuales el INE clasifica los distintos bienes y servicios de la canasta, siete mantienen tasas de aumento superiores al 10% y dos de ellos –educación, y alcoholes y tabaco– muestran tasas mayores a 12%. «Con este panorama, superar la barrera del 10% se vuelve una posibilidad concreta, en tanto las autoridades del MEF (Ministerio de Economía y Finanzas) parecen no estar particularmente preocupados por la evolución de dicha variable», señalaba el instituto Cinve en el último informe en el que analiza la dinámica de precios.
Si se tiene en cuenta la meta de inflación explicitada por las autoridades –con un objetivo de 5% y una tolerancia al alza o la baja de dos puntos–, no son muchos los bienes y servicios de la canasta de consumo que cumplen con esa restricción.
Solo uno de cada cuatro artículos relevados (25%) sube a tasas menores o iguales al 7% en un año, mientras que apenas 16% se encareció menos de 5% en el último año móvil.
En tanto, solo 19 bienes y servicios de la canasta del INE (5%) bajaron de precio en los 12 meses finalizados en enero.
Los anuncios no son alentadores.
El último acuerdo de precios entre el gobierno con los supermercados, importadores y sectores de la industria estuvo vigente entre noviembre y enero pasado. Eso implicó que se congelaran el valor de venta al público de 40 familias de productos como alimentos envasados, bebidas, artículos de tocador e higiene personal. Hasta ayer la Cámara de Industrias (CIU) no había recibido ningún planteo en la dirección de repetir la medida.
Entre los industriales no hay ambiente para apoyar nuevamente esa medida en el caso de que el gobierno lo solicitara, debido al escenario económico actual.
Las cifras relacionadas con la cantidad de trabajadores en Seguro de Paro también sirven para dimensionar en su reales términos la situación .
El 2015 fue un año de consolidación del deterioro del mercado laboral, y eso se reflejó en la cantidad de beneficiarios del subsidio por desempleo.
La industria y el comercio fueron los sectores que más impulsaron esa cifra, en un período en el cual la producción registró una caída en el grueso de las ramas y el consumo de los hogares afectó las ventas del sector terciario.
La cantidad promedio de trabajadores en seguro de paro fue de 38.558, lo que significó un aumento de 15,9% con relación a lo observado en el período enero-diciembre de 2014, cuando la media había sido de 33.521 personas.
Ese comportamiento estuvo alimentado esencialmente por lo ocurrido en ramas de actividad como la industria manufacturera y el comercio, donde la cantidad promedio de beneficiarios creció 24% y 22% respectivamente, según datos del Banco de Previsión Social (BPS) .
La actividad que registró el promedio más alto de beneficiarios en 2015 fue la construcción con 9.483 trabajadores, seguida por la industria manufacturera con 7.814 personas y en tercer lugar el comercio con 6.073.
Más abajo aparece el sector de agropecuaria, forestación y pesca con 3.091 trabajadores y el de transporte y almacenamiento con algo más de 2.000 beneficiarios.
Tanto la industria como la construcción son sectores que sintieron de forma temprana los efectos de la desaceleración de la economía. Pero con el pasar de los meses el menor dinamismo de la actividad también comenzó a observarse en el empleo de otros sectores, como por ejemplo el comercio.
Las perspectivas del mercado de trabajo para 2016 están cargadas de incertidumbre y se prevé que continúe el deterioro.
Con una economía que agudizará su enlentecimiento en los próximos meses, hay sectores de actividad –la mayoría– que verán acotadas las oportunidades de empleo.
En tanto, los analistas que participan de la Encuesta de Expectativas Económicas de El Observador estiman que la tasa de ocupación pasó de 60,8% de la población en edad de trabajar en 2014 –promedio del cuarto trimestre– a 58,1% el año pasado. El dato oficial se conocerá esta semana.
Para este año, prevén que el achique del mercado laboral siga operando, con una tasa de ocupación esperada para el último trimestre de 57,5%. No obstante, esa tasa volverá a los registros del año pasado en 2017 (58,1%), de acuerdo a la expectativa de la mediana de los expertos consultados.
En el último mes del año pasado, la cantidad de personas que cobraban el subsidio eran 40.123, lo que significa un aumento de 22,6% respecto a diciembre de 2014, cuando la cantidad era de 32.736. No obstante, el total de beneficiarios mostró un leve descenso de 1.260 personas respecto a noviembre.
De todos modos, a pesar de ese dato, desde una perspectiva de más largo plazo la cantidad de beneficiarios del subsidio por desempleo mostró un incremento ininterrumpido desde abril pasado.
Otro dato observado en diciembre es la caída del ingreso promedio mensual que reciben los trabajadores que accedieron al seguro de paro y que fue de $ 15.009, lo que implicó un descenso de 14% frente al pico del año que se ubicó en mayo con $ 17.465.
Esa reducción se consolidó en el segundo semestre del año pasado. Una de las razones que podría explicarla sería que los nuevos beneficiarios que reciben el seguro tengan un ingreso menor al de los que dejan de percibirlo, incluso cuando bajo algunas de las causales se va reduciendo el porcentaje del ingreso al que equivale la prestación a lo largo del tiempo.
Bajo la causal suspensión, el BPS cubre el 50% del salario promedio de los últimos seis meses (70% si tiene hijos a cargo) por un período de máximo de cuatro meses. En tanto, por la causal despido comienza cobrando el 66% de su ingreso el primer mes hasta llegar al 40% durante el sexto mes de vigencia del subsidio. Para los trabajadores mayores a 50 años el beneficio se extiende a 12 meses. Por otra parte, las solicitudes de seguro por desempleo en diciembre alcanzaron a 11.091 trabajadores e implicaron un aumento de 9,7% en la comparación interanual y de 33% en el semestre julio-diciembre.
Deja una respuesta