NUEVAMENTE ESPEJITOS PARA AMÉRICA
Las propuestas principales del viaje de Obama hacia América latina, da la impresión que con otro montaje, ha propuesto un calendario no muy diferente al de los tiempos de la guerra fría, décadas atrás levantado contra el comunismo, contra la ex Unión Soviética, por parte de su país.
Según cuenta nuestra historia de instalación de las colonias en la región, que no fue ajena a otros continentes, las potencias coloniales de la época portadoras de un poder económico superior a las sociedades de estas regiones, lograron dominarlas con naves superiores, con la fuerza de las armas de fuego, el caballo, la cruz e esos tiempos inquisidora, algunas mercancías que oficiaban como algo nuevo y producían un cierto poder de encantamiento sobre algunos pueblos, otros sencillamente fueron exterminados.
Esto sucedió en un proceso de siglos, aunque el proceso si lo observamos bien, se prolonga hasta nuestros días y lo que ha cambiado por cierto es el desarrollo de las fuerzas productivas materiales, aunque el contenido de los problemas no han podido sustraerse totalmente de la dependencia de nuestra región sobre el imperialismo entronizado en los grandes monopolios que controlan los puntos clave dela economía y la política mundial.
Las propuestas principales del viaje de Obama hacia América latina, da la impresión que con otro montaje, ha propuesto un calendario no muy diferente al de los tiempos de la guerra fría, décadas atrás levantado contra el comunismo, contra la ex Unión Soviética, por parte de su país.
Ha hablado de una economía que “no funciona”, que es necesario que los pueblos tengan “libertad para elegir”, y por aquí por el sur ha recordado en algunas de sus conferencias ante jóvenes argentinos, que es necesario que las nuevas generaciones tengan sus oportunidades de emprendimiento individual, sus pequeñas empresas, o dicho de otra manera sus pequeñas “industrias a domicilios”.
Una verdadera vuelta al pasado, en tiempos que Estados Unidos y Europa, se debate en una de las crisis mayores de su historia.
En realidad el capitalismo se debate en una de las crisis mayores de su historia.
La guerra, el terrorismo y las políticas del capital financiero son su principal sustento.
Grandes ciudades norteamericanas están con sus industrias cerradas, y la industria de la guerra, el racismo y la xenofobia se instala en toda la vida social de Estados Unidos por un presidente que al igual que le sucede a algunos colegas de la región americana y en Europa, cada vez es más difícil controlar sus parlamentos emergentes de nuevos escenarios de crisis, marcada por el crecimiento de la desocupación y la desesperación por no perder el rol dominante en la política mundial por el control de su intereses.
En estos días hemos asistido a un nuevo intento de Washington de resolver problemas con las mismas recetas, del libre comercio, las privatizaciones, y el control financiero pretendiendo asegurar la continuidad de su política imperial.
Cambian los colores de piel en los gobernantes norteamericanos, pero el bloqueo, y la presión militar se mantiene sobre las principales zonas de América Latina, y cada intento de desarrollo de tímidas reformas es descartado desde las viejas prácticas interamericanas provenientes de Washington sobre todo en las venias comerciales y las diferentes caras de las políticas de los derechos humanos.
A nuestro país, no vinieron las delegaciones norteamericanas, pues los últimos gobiernos nacionales han hecho muy bien los deberes ante los bancos y las necesidades de la ONU y la OEA. El botín hoy puede ser mayor, en el nuevo juego de la política regional, pero como siempre no está todo dicho pues aún quedan muchas cosas por hacer y que pueden suceder, en el ajedrez de la política regional y nacional.
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