PROGRAMA DE LIBERACIÓN NACIONAL Y ANTIIMPERIALISTA SALVA AL PAÍS
Luego que se han implementado las llamadas “políticas progresistas”, en nuestro país no se ha sustituido ninguna orientación financiera, como “el secreto bancario” o los impuestos a la gran propiedad de la tierra, o la estimulación de políticas que promuevan el asentamiento y la producción en la tierra, para fortalecer al mismo tiempo políticas industriales que favorezcan la creación de empleos, y fortalecimiento del salario

Si algo va poniendo de relieve la actual situación económica y social que vive el país en estos días, es que los hechos van poniendo sobre la mesa una y otra vez, como las soluciones para los trabajadores y el pueblo no llegan y son postergadas una y otra vez por la inclinación de los dirigentes políticos de gobierno, ante las políticas imperiales en los objetivos de la política de gobierno.
No existe un solo rubro de las cuestiones económicas que no se encuentre en jaque, y que las viejas recetas fondomonetaristas y privatizadoras desempolvadas por los últimos gobiernos, lejos de aliviar algo, ha producido en un grave deterioro de la vida económica y social, empujando cada vez más, a una preponderancia en toda la política del estado de la gestión de los Ministerios de Interior y Defensa.
Ello es así porque no han existido respuestas en los últimos tiempos que contemplen una forma de desarrollo que contemple las grandes necesidades de la gente.
Lamentablemente es en tiempos de emergencia nacional ante enormes siniestros cuando los organismos del estado corren tras los problemas que se desencadenan en momentos muy difíciles para la población, pero la prevención es nula.
Si la deuda crece, y se privatiza o se vende gran parte de la infraestructura productiva en una verdadera regresión que han generado las políticas de los últimos gobiernos del país.
No es una novedad pero conviene tenerlo presente, pues el enorme entusiasmo que provoco el cambio de las políticas de los partidos tradicionales y luego con el advenimiento del frente Amplio, parece hoy algo muy lejano, pues el entusiasmo ha caído al tiempo que las políticas del partido de gobierno han perdido fuerza social y van deteriorando progresivamente su capacidad de dirección en el proceso social, por el caos que genera la política que se ha impulsado. Hay que tener en cuenta además que no se ha llevado adelante una política que tenga en cuenta a los trabajadores de la ciudad y el campo cosa que es a nuestro juicio imprescindible a los efectos de desarrollar el país en forma efectiva.
Luego que se han implementado las llamadas “políticas progresistas”, en nuestro país no se ha sustituido ninguna orientación financiera, como “el secreto bancario” o los impuestos a la gran propiedad de la tierra, o la estimulación de políticas que promuevan el asentamiento y la producción en la tierra, para fortalecer al mismo tiempo políticas industriales que favorezcan la creación de empleos, y fortalecimiento del salario.
Nuestro país continúa siendo un país dependiente, donde la riqueza se continúa concentrando en pocas manos y en el gobierno vinculado a las políticas de privatizaciones aparece también la corrupción en las altas esferas del estado.
Lo que viene sucediendo con los entes del estado es cada vez más conocido y la reproducción del capital financiero, con su esencia parasitaria, reaccionaria e irracional, que se apodera con estos gobiernos del aparato del estado en forma cada vez más permisible, lleva a un callejón sin salida a toda la sociedad.
Esto es lo que viene sucediendo en la región y de alguna manera también en nuestro país, por ello es necesario pararlo y denunciarlo para que los más pobres y la población más humilde no siga sufriendo
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