CIERRAN EL FILTRO; HAY VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS Y EN EL FÚTBOL

Hoy más que nunca es necesario levantar una seria política popular, elevarla, y proyectar sobre las nuevas situaciones que se van generando en las clases sociales nuevas proyecciones de la política que afecta a cada vez más uruguayos afectos por las privatizaciones y la venta de la soberanía nacional


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«Lentes». Por Gervasio Umpiérrez

Nadie puede negar a esta altura de los acontecimientos nacionales que la salud y la educación son parte del desplome de las políticas que constituyeron junto a un importante crecimiento de las industrias lo que dio al país un rasgo diferente en la región, que en las últimas décadas se ha perdido, primero en forma lenta pero constante, en un proceso que ha llevado en los últimos cincuenta años un declive constante de la vida nacional.
En estos días, se van concretando los efectos de una política que está logrando cerrar funciones y hospitales que tienen una enorme trayectoria en la actuación sanitaria nacional, y que van extinguiendo su capacidad por orden del Poder Ejecutivo que o “descentraliza”, para habilitar cierres monumentales que sirven objetivamente a la empresas de salud privadas, pero que lleva en forma cada vez más notoria está produciendo un gran deterioro y desgaste de la política de salud que impulsa la política oficial.

En lo que va del año han conmovido toda la estructura pública llevando adelante las políticas de gobierno que están provocando una verdadera conmoción entre los trabajadores de la salud, y también los usuarios por la dimensión de las medidas para un gobierno que se ha autoproclamado progresista.
Deterioro de funciones, problemas de atención y temas que tienen que ver con la situación social que se vive de crecimiento de la violencia social a todo nivel, en las
secuelas con agresiones constantes a maestras, o en el deporte resultado de la masificación de la marginación, la pobreza y las drogas.
Lo que surge en nuestro país y que parece no entenderse por gente honesta o que sólo se preocupa de su actividad, es que en los últimos tiempos, hemos vivido en forma cada vez más intempestivas hechos de grandes cambios y luchas de interés en la vida nacional y también fuera de nuestras fronteras, que afecta a toda la vida social y política nacional.
Aquello que el mundo en que vivimos es un proceso único y que a su vez tiene particularidades, no es solo una declaración o una etiqueta, sino que consiste en una realidad que está movida por intereses de clases inseparables de la conformación de toda la vida social y política.
La adhesión casi como una cuestión de fe a las políticas de privatizaciones y de dominio financiero por parte del Frente Amplio en el gobierno, trae necesariamente estos efectos en todo el estado que va reduciéndose sin cesar, ante las exigencias del FMI, y la venta de la tierra a capitales extranjeros.
Hoy más que nunca es necesario levantar una seria política popular, elevarla, y proyectar sobre las nuevas situaciones que se van generando en las clases sociales nuevas proyecciones de la política que afecta a cada vez más uruguayos afectos por las privatizaciones y la venta de la soberanía nacional.
Sin duda que los peligros que deja los efectos nefastos de las privatizaciones y la corrupción generalizada en las alturas de la política oficial que genera una enorme descreimiento en sectores desvinculados a la actividad política y social, pasan en general a ser presa fácil del discurso que se sitúa fuera del sistema político intentando levantar nuevas estructuras de partidos con el guiño en general del gobierno nacional.
En realidad no es nada nuevo, pero conviene recordarlo, sobre todo los trabajadores.

 

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