LOS HECHOS Y LAS PALABRAS EN POLÍTICA
El gobierno nacional ha sostenido en forma creciente durante estos años que ha llevado adelante una política de “izquierda” o “progresista”, sin embargo ha sostenido en toda la línea un programa abiertamente de privatizaciones, de entrega de soberanía y de rebaja del salario, imponiendo un drástica “reforma del estado” orientada por los bancos internacionales

En estos días que se han escrito y expresado miles de imágenes sobre los titulares de la política nacional e internacional, para intentar explicar que es lo que le sucede a el capitalismo mundial y también a lo que sucede en nuestro país.
Alguna vez se ha señalado que cuando se dice una mentira bien expresada puede convencer más que una verdad mal dicha.
Sin embargo, esto que parece tan relevante en el pensamiento político reaccionario, no debería ser no tenido en cuenta a partir de los últimos procesos políticos donde la vieja derecha se restaura y el oportunismo político vuelve sobre sus pasos.
En los últimos meses se han puesto sobre el tapete político y social, los procedimientos políticos de apariencia amplia, transparente y democrática contra los gobiernos de carácter antiimperialista en la región y uno de sus centros principales ha sido la República Bolivariana de Venezuela.
Llama la atención como en estos días las organizaciones sociales no han tomado este tema con la fuerza que se debería desde el punto de vista de la solidaridad internacional, de la patria de Artigas.
En estos días que cada vez más amplios sectores de clases sociales sufren la política la política de privatizaciones y de privilegio para el capital, y que se extiende cada vez más la grave situación social que viven los trabajadores, se hace cada vez más necesario levantar una política amplia, solidaria y firme desde el punto de vista programático que levante cada vez más claramente los temas vinculados a los grandes problemas populares no resueltos por la política dominante.
Si algo se ha expresado en estos días con mayor nitidez es que la política económica no contempla ni los reclamos, ni las verdaderas necesidades de los trabajadores nacionales, que en los últimos tiempos se han recortado por diferentes vías. Una de ellas ha sido el despido, o la persecución sindical directa. Y la tradicional baja de salarios ya sea por vía inflacionario, suba de precios o el llamado ajuste fiscal, por lo cual hace que miles de personas que viven de de ingresos muy limitados vean aun más recortados sus salarios o jubilaciones, por claros procesos de intermediación financiera.
El gobierno nacional ha sostenido en forma creciente durante estos años que ha llevado adelante una política de “izquierda” o “progresista”, sin embargo ha sostenido en toda la línea un programa abiertamente de privatizaciones, de entrega de soberanía y de rebaja del salario, imponiendo un drástica “reforma del estado” orientada por los bancos internacionales.
Es evidente que el contenido de las palabras para el gobierno han cambiado porque ha cambiado su práctica política en forma radical.
Han multiplicado la deuda externa, han multiplicado las privatizaciones en los servicios de salud y educación, mantienen las AFAP contra los jubilados en forma descarada, venden la tierra al capital extranjero, y privilegian solo la búsqueda frenética del libre comercio, mientras se promueven gran mega inversiones, en medio de quiebra de empresas.
Si se escucha el discurso oficial, parece que la violencia social fuera una casualidad de la naturaleza, pero los hechos son estos y los responsables de lo que sucede andan sueltos y no son precisamente los pobres, que aumentan día a día.
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