EL EMBRUJO DE ANCHORENA
Para sostener la política que se ha llevado adelante se necesita un amplio consenso social y política que comienza a debilitarse, por más que se puede decir que al gobierno y su partido le queda por delante un importante campo de maniobras, este se le ha estrechado sustantivamente en los últimos tiempos

En estos días un nuevo conclave del gobierno nacional se ha realizado en el departamento de Colonia al llamado del presidente Dr. Tabaré Vázquez, donde los principales dirigentes nacionales del Frente Amplio han deliberado sobre la situación que vive el país y los principales temas que tiene por delante el gobierno nacional, en lo que va de éste año.
Sin duda que en la cuestión económica y financiera, el país enfrenta una situación por demás difícil, en que por primera vez, desde que el Frente Amplio está en el gobierno ha tenido que enfrentar problemas tan graves resultados de la aplicación de su política económica privatizadora y de libre inversión, que está llegando a un techo.
La contracción de los niveles de crecimiento a esta altura en forma constante pone en riesgos la continuidad de su política que hasta el momento se ha producido con mayorías parlamentarias. Disidencias explícitas e implícitas han mostrado un partido de gobierno con importantes fisuras en su política nacional e internacional.
El aumento de tarifas en forma constante, muestra que intentar tener discurso llamado de izquierda y una política económica rígidamente neoliberal, y de mantenimiento de la impunidad se ha transformado en un debe de la política del gobierno, por lo menos para un sector importante de la población, que lo votó.
Esto que parece un detalle que se oculta sigilosamente por la política oficial, es uno de los grandes temas que hoy recorre todas las preocupaciones de los políticos del país, para la dirigencia del Frente Amplio es este uno de los principales problemas que tiene sobre la mesa. Como en las partidas de ajedrez, los partidos se definen bastante antes que la última jugada del triunfo o de la pérdida, cuando se da el jaque.
Para sostener la política que se ha llevado adelante se necesita un amplio consenso social y política que comienza a debilitarse, por más que se puede decir que al gobierno y su partido le queda por delante un importante campo de maniobras, este se le ha estrechado sustantivamente en los últimos tiempos.
La fuerte dependencia de nuestro país de los países vecinos, especialmente Brasil, lleva invariablemente a una casi desesperada búsqueda de nuevos mercados internacionales para lograr inversiones y colocación de exportaciones en un mundo que atraviesa grandes dificultades, resultado de la guerra, de nuevos repartas de zonas de influencia y de una enorme crisis que se ha instalado para no irse en los países capitalistas desarrollados.
La crisis capitalista de los 2007, que afecto a todos los países y que ha sido definida como una de las mayores de la historia del capitalismo mundial, no parece haberse ido y sus efectos se siguen registrando en la política y en las ideas económicas que hoy se han entronizado en el poder de los principales países del mundo.
En la dimensión de nuestro país que en estos años de progresismo ha marchado tras las políticas de búsqueda de libre inversión y de mucha propaganda oficial para registrar lo “bien que vamos”, han fracasado rotundamente, pues ello ha implicado dejar de lado las principales necesidades sociales del pueblo uruguayo.
Es evidente que la crisis global está entre nosotros afectando a lo que va quedando de las industrias, y de las afectadas ventajas comparativas que nos proporciona el clima.
Aunque la ganancia para unos pocos no ha sido afectada por las políticas del llamado gobierno de izquierda, pues los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres.
Anchorena da la impresión que no cambiara el rumbo. No lo ha hecho en los últimos cuarenta años
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