LA MUJER TRABAJADORA Y EL DESARROLLO SOCIAL
Una nueva marcha el próximo 7 de marzo, donde diversas organizaciones pondrán este punto de vista en la calle, en un momento que la explotación y la violencia contra las mujeres aumenta, cuando se producen nuevos tarifazos del gobierno en los precios al consumo, en el boleto de pasajeros, en la comida, y en la falta de viviendas
Uno de los hechos más relevantes en el desarrollo del capitalismo y posteriormente en la construcción del socialismo, ha sido que millones de mujeres fueran incorporadas al trabajo productivo y se haya producido en forma creciente en el último siglo un despegue cada vez mayor de las tareas domésticas, que aun hasta nuestros días recaen sobre ella.
El pasaje de la economía a domicilio, artesanal y feudal donde el desarrollo de las fuerzas productivas y sociales, no se posibilitaba, iba a desarrollar más tarde un gran salto adelante con la revolución burguesa primero y la socialista después.
Hoy no es ninguna novedad que en forma cada vez más amplia la mujer asuma lugares en el trabajo, y en todas las profesiones, por más que ello se va produciendo en un intrincado proceso de lucha para abrir paso a situaciones que son enteramente nuevas desde el punto de vista de la gestión productiva de la mujer, y la salida de la producción de hijos con responsabilidades cada vez más amplias en la vida social.
No nos son ajenos los reclamos específicos de género que han sido una particularidad, desde el origen del desarrollo de los reclamos específicos por el género y las violentas agresiones que se producen en una sociedad en crisis sobre ello.
Sin embargo en la cuestión de género es necesario rastrear más a fondo en lo que ha sucedido con la formación del sistema de explotación del trabajo y especialmente el que remunera la fuerza del trabajo como sucede en el desarrollo capitalista.
Por ejemplo, hace muy pocos días una fábrica de pescado como Fripur, dejo en la calle a casi un millar de puestos de trabajo, donde la inmensa mayoría son mujeres, que han quedado en la calle, mostrando y verificando duramente el comportamiento del capital inclusive en la versión del gobierno del Frente Amplio que tiene una gran responsabilidad en el desarrollo de ésta situación.
La demanda del capital en la producción industrial y también en servicios, se generaliza en las últimas décadas en primer lugar, porque en general los capitalistas ven en la incorporación de la mujer a la fuerza de trabajo, la posibilidad de reducción del salario y el aumento de sus ganancias mediante la explotación del trabajo femenino, en todo el mundo.
En estos días nuevamente la defensa del punto de vista de donde está el problema principal motivará una nueva marcha el próximo 7 de marzo, donde diversas organizaciones pondrán este punto de vista en la calle, en un momento que la explotación y la violencia contra las mujeres aumenta, cuando se producen nuevos tarifazos del gobierno en los precios al consumo, en el boleto de pasajeros, en la comida, y en la falta de viviendas.
El Uruguay tiene una rica historia en materia de las grandes luchas que se han producido en toda nuestra historia, de la lucha específica de la mujer en la vida económica, social, y política, que en general sorprende, por los esquemas dominantes que pretenden reducir el tema de la mujer, a una cuota en el plano político cuando la vida marca necesariamente otra cosa y otras responsabilidades.
Lo que está claro que el enfoque que defienden a los trabajadores en forma consecuente debe incorporar con más fuerza el tema, no solo para comportamientos igualitarios, pues en realidad los géneros nos son iguales. Pero la lucha por su emancipación también tiene que ver con lo que sucede con las líneas económicas de privatización que se aplican, y que empeoran la situación global del pueblo y particularmente de los trabajadores.
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