MÁS EXTRANJERIZACIÓN DE LA TIERRA, SIN PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
La ausencia de una política de tierras verdaderamente Artiguista, que promueva el desarrollo, sobre nuevas bases económicas y sociales y que cambie las relaciones de propiedad y sobre todo de la concentración de la tierra en capitales extranjeros y en grupos oligárquicos nacionales es más evidente que nunca en estos años

Los últimos anuncios del gobierno nacional se han realizado en un tiempo verbal que cuando uno observa lo que realmente se ha conocido está en tiempo condicional, que es algo a lo que cada vez nos vamos sorprendiendo en forma cada vez más frecuente, pues son casi inexistentes los emprendimientos dentro del territorio nacional que no se encuentran bajo la órbita de inversiones extranjeras y de capitales que han venido al país, resultado de las condiciones favorables que han proporcionado las últimas administraciones nacionales del Frente Amplio.
Las grandes inversiones en la tierra han sido una condición de toda la política de inversiones de los últimos gobiernos nacionales y en forma especial lo que atañe a los gobiernos del Frente Amplio, y la gestión de sus ministerios vinculados a Agricultura, Ganadería y Pesca que fue liderado por el actual senador y ex Presidente Mujica donde se conoció el mayor índice de ventas de tierras al capital extranjero.
Hoy la inversión de capitales en tierra llega a un 50% de la tierra cultivable en el territorio nacional, y éste es un logro inobjetable de la política del gobierno del Frente Amplio que favorece al capital extranjero y sus testaferros oligárquicos nacionales.
En los últimos años además se ha puesto sobre la mesa los efectos sociales, económicos y medioambientales sobre la política de libre inversión que ha priorizado las zonas francas, la forestación sin límites con destino celulósico, y las enormes plantaciones de soja, con su cuota de amplia contaminación sobre la vida de los orientales.
Claro que en estos temas la política del gobierno ha cedido en forma progresiva a las condiciones de la libre inversión de capitales que es considerada para el equipo económico una condición sine qua non, de la política del gobierno que contribuye al “desarrollo del país”. De esto suele preocuparse poco quiénes durante todo este tiempo han golpeado con creces a los trabajadores del país con la actual política económica de contenido claramente antipopular y de hipoteca de nuestra soberanía.
Los nuevos pasos que ha dado el gobierno en materia de TLC luego del desflecamiento de la política del MERCOSUR a la que han contribuido los últimos gobiernos nacionales, pues se ha seguido una política de estricto seguimiento del capital financiero atenazado a las necesidades de compañías extranjeras, trae como resultado la falta de una política de tierras que defienda a productores granjeros y también a los trabajadores nacionales que ven como las fábricas cierran una tras otra, o emigran los grupos económicos cuando la zafra financiera ya no da más para invertir en el país.
La ausencia de una política de tierras verdaderamente Artiguista, que promueva el desarrollo, sobre nuevas bases económicas y sociales y que cambie las relaciones de propiedad y sobre todo de la concentración de la tierra en capitales extranjeros y en grupos oligárquicos nacionales es más evidente que nunca en estos años de gobierno del FA donde ello se ha agravado más, y requiere urgentes soluciones sociales y políticas.
Hoy en los pequeños tamberos y granjeros por tomar grandes grupos afectados por la política de gobierno requieren cambios, al igual que la producción de alimentos en los rubros alimenticios básicos. Hay que cambiar la política de libre inversión extranjera y de amplias privatizaciones pues no solucionan ningún aspecto de la vida de los trabajadores.
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