MAYORÍAS PARLAMENTARIAS PARA GARANTIZAR EL CONTINUISMO
En la política nacional se hacen en tiempos electorales muchas especulaciones y juicios, algunos de ellos tienen cierto asidero político con la realidad otros son el resultado de la confusión, de la desconfianza y a veces de la soberbia que genera estar en el gobierno, impulsando políticas de privatizaciones y de cuño neoliberal.
Cuando el Frente Amplio estaba en la oposición se insistió mucho ante la ciudadanía en la importancia de las mayorías parlamentarias, a los efectos de llevar adelante el plan político popular y en beneficio de los trabajadores. Una vez que ello ha sido alcanzado durante dos años, y no ha cambiado la matriz de la política económica, esta idea original del cambio político ha sido neutralizada, y se ha transformado en un cambio útil a los efectos de conservar el gobierno, y fomentar la friolera de miles de cargos de confianza en todo el estado, y de un formidable cambio político neutralizado
por enormes cantidades de funcionarios con sueldos superiores a su pasado reciente.
Claro que la situación en los últimos meses parece ser otra, la implementación del plan económico ha tenido efectos más que negativos para el electorado del Frente Amplio y sus esperanzas de un cambio social y político.
Hoy la supuesta mayoría parlamentaria, que existe por un subterfugio del sistema electoral, está lejos de garantizarla el partido de gobierno, que en los últimos tiempos no hace más que perder pie en la vida nacional, y es cada vez más evidente que en nuestro país empieza a imponerse la idea de ausencia de mayorías parlamentarias en el próximo gobierno nacional.
¿Qué puede esperarse cuando se salvan una y otra vez las deudas de los empresarios en el fútbol, o en Pluna, y se montan operativos políticos desde la propia crisis rumbo a las elecciones nacionales ante la evidente falta de propuesta política por parte de los dirigentes del gobierno del Frente Amplio? Lo único que se les ocurre es seguir los pasos del FMI, privatizar, entregar la tierra al capital extranjero, e intentar el camino de controlar los precios al consumo y metiendo nuevos impuestos, luego de dos mandatos donde se ha mantenido la política macroeconómica del FMI.
Para ello sirve la actual mayoría parlamentaria. Decimos esto, por que en estos días algunos voceros políticos electorales del gobierno nos llaman una y otra vez al redil de su política. Tampoco nos vengan con los versos baratos que gana la derecha, pues la derecha de los dos partidos tradicionales, no se ha opuesto a la política económica del gobierno. En todo caso la puja mayor es por la dirección del estado y los repartos de poder que surgen de esta puja.
Por otra parte el partido de gobierno ha producido en estas internas, su propia ala de “izquierda”, para evitar la hemorragia que surge de las heridas y del desencanto que produce en sus militantes sus orientaciones políticas. Ya están lejos las ideas de candidatos únicos como oposición a la vieja ley de lemas, ahora el FA necesita un “salvador” que no entusiasma y que cambia poco, como recientemente lo expresaron desde sus propias tiendas, o un discurso con matices pero no tanto arropado por los calores del estereotipo que proclama la unidad, para pagar la deuda y seguir privatizando.
Ahora nuevamente hay que levantar la bandera del programa de Artigas y el antiimperialismo.
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