DESEMPLEO E ILUSIÓN OFICIAL
Es que intentar darle al mundo actual un tinte social, más bien que parece una ilusión de las políticas oficiales y de los nuevos apóstatas que se adhieren a las viejas doctrinas.

En estos días hemos escuchado argumentos, ahora promovidos por la derecha tradicional, acerca que el liberalismo económico no tiene una “agenda social”. Con este argumento se infiere rápidamente que el capitalismo es bueno, o “es lo que hay”, y por lo tanto merece ser cambiado a través de buenas personas, o inclusive teniendo en cuenta otras variantes del razonamiento de nuevos exponentes del social liberalismo, que estuvieron en buena parte de la izquierda latinoamericana y mundial.
También por estos días en nuestro país, la tendencia a que surja la quiebra de nuevas empresas y más trabajadores que marchan al desempleo es creciente, lo que debería mostrar la falsedad que reviste tal argumento, en los tiempos en que nuestro país, conoce una fuerte tendencia a la pérdida de puestos de trabajo en la industria y también en el campo.
Por último en estos días también, se ha producido una cada vez más elevada conflictividad laboral resultado del avance de la política de corte financiero y de privatizaciones, que afecta directamente al empleo y la recesión que se vive en la actividad económica nacional.
Los temas como el transporte, la industria, muestran muy claramente que la política económica que se ha llevado adelante no permite lo que añoran algunos ex marxistas en materia social, pues la pobreza crece entre las clases populares como son los jubilados donde la masividad de los que viven en la pobreza aumenta, en términos concretos en los últimos tiempos.
Medidas financieras que hacen subir los precios al consumo profundizando aún más la difícil situación que tienen los trabajadores con ingresos que no se equiparan con los ingresos de un reducido sector social que accede al consumo, mientras amplios sectores de trabajadores y el conjunto de la población sufren esta política.
Contemporáneamente surgen situaciones que en realidad no son parte de la insensibilidad social de la política económica sino que son parte de su naturaleza, que es hacerle pagar los costos de la crisis a los trabajadores, y a los más jóvenes, que sufren en todo este tiempo, la imposibilidad de resolver políticas sociales de amplia y verdadera extensión social en el país.
Esto no lo ha logrado el gobierno nacional ni en la salud, ni en el deporte, ni en la educación, ni en la construcción de viviendas, donde todos los días se conocen situaciones que favorecen a las empresas privadas en detrimento de la vida social en general. Y también anuncios de situaciones que se producirán en el futuro, cuando en realidad lo que necesita el país es dar respuestas importantes a los temas de la vida nacional, pues en la medida que avanza el tercer gobierno del Frente Amplio, la incertidumbre en aspectos fundamentales del país crecen en forma constante.
Los propios anuncios que han hecho las autoridades promoviendo nuevas intenciones en la búsqueda de tratados de libre comercio, como si estuvieran descubriendo la pólvora, francamente y por lo que se ha hecho hasta ahora en materia económica y financiera, no observamos que exista algo nuevo, sino que es una reedición de viejas doctrinas.
Por ello, es que intentar darle al mundo actual un tinte social, más bien que parece una ilusión de las políticas oficiales y de los nuevos apóstatas que se adhieren a las viejas doctrinas.
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